Dentro del Orden Perciformes y el Suborden Percoideos se incluye la familia Cichlidae, los llamados “Cíclidos”; con amplia diversidad de géneros que, parecidos y diversos, aportan una buena parte de los peces de acuario, donde aparecen aquellos de una talla promedio entre diez y veinticinco centímetros de longitud. Tienen, entre sus similitudes, la costumbre de formar parejas y cuidar de su prole y grandes diferencias morfológicas, desde la forma típica de un pez, las formas alargadas y comprimidas lateralmente, hasta la discoidal. A la hora de incubar sus huevas, algunos optan por las áreas abiertas, otros prefieren escondrijos o cavidades y algunos lo hacen dentro de sus bocas.
Los géneros más comunes con presencia en Cuba son: Pterophyllum (Escalar), Symphysodon (Disco), Microgeophagus (Ramirezi), Rocio (Jack Dempsey), Thorichthys (Boca de Fuego), Hemichromis (Joya), Archocentrus (Conga), Heros (Falso Disco), Astronotus (Oscar) y Amphilophus (Flowerhorn). También, con menor presencia, Pelvicachromis con la especie pulcher (Cíclido Papagayo o Cíclido Mariposa) y otros cíclidos africanos que se han puesto de moda en los últimos años.
El “Escalar” o “Pez Ángel”
El género Pterophyllum, término que significa “hoja con alas”, se inserta en la tribu Heroini, que acoge especies endémicas de América del Sur. Pterophyllum scalare procede de las aguas cálidas de los ríos y afluentes del Amazonas donde crece abundante vegetación. Peces gregarios que viven en cardumen en los territorios de Brasil, Colombia, Perú, Surinam, Guyana y Guyana Francesa.
Al Pterophyllum scalare, algunos lo consideran el prototipo de los peces de acuario. Aunque su cuerpo tiene la forma de un disco, adquiere un aspecto triangular debido a la prolongación vertical, hacia arriba y abajo, de sus aletas dorsal y anal. Estas suelen ser diferentes, según la amplia gama de variedades que existen, por ejemplo: la dorsal, puede ser “simple” (corta y estrecha), “delta” (corta, pero ancha y redondeada) o “velífera” (larga o muy larga, a veces curva). Entre otros detalles distintivos, están sus dos aletas ventrales, modificas a manera de largas y delgadas barbillas. Son peces esbeltos, estrechos, con un perfil poco común y un singular comportamiento; todo esto, hasta la aparición de los peces “Disco” en el mercado de la acuariofilia, otorgó a los escalares el título de “Rey de los acuarios”.
Estos peces pueden medir hasta quince centímetros de altura y diez de longitud, pero en las variedades velíferas estas dimensiones se amplifican considerablemente.
Adquirida como camuflaje por las especies llamadas "salvajes" para mantenerse seguras entre la vegetación y las enramadas a salvo de sus depredadores, su coloración original se sustenta sobre un fondo plateado, que atraviesan cuatro franjas oscuras verticales; una que cruza la cabeza a la altura del ojo, otras dos se prolongan desde la aleta dorsal hasta la anal y la última a continuación de la base de la aleta caudal o cola, que termina con dos radios secundarios alargados que se proyectan en sus extremos en sentido opuesto al resto de los atributos del pez. Esta última característica se modifica en las variedades velíferas, donde se engrosan o desaparecen los dos radios secundarios y la cola adquiere dimensiones variables, en cuanto a longitud y amplitud.
Con el discurrir de los años y los avances de la genética, la reproducción en cautiverio de los escalares ha desarrollado la cría selectiva en busca de variedades cromáticas cada vez más atrayentes que abarrotan los mercados de híbridos. En Cuba, esta hibridación desmedida, fortuita, sin un fundamento genético y el marcado interés de una buena parte de los criadores por las variedades más comerciales, ha provocado que resulte muy difícil precisar con certeza qué modalidad de esta cautivadora especie de pez nos encontramos; a pesar de ello, intentaremos un acercamiento al ejemplificar las variedades más comunes presentes en nuestros mercados.
Todas, se manifiestan en su forma simple, de aletas cortas y en la forma velífera que, como ya hemos planteado, debido a los cruzamientos se ofertan ejemplares que transitan desde los espectaculares “Super Velo” con impresionantes aletas, hasta los que podríamos llamar “Semi Velo” (a veces llamados tres cuartos) con una apariencia mucho más discreta.
La variedad “Plateada” o “Natural” de Pterophyllum scalare, es una de las más robustas y resistentes a las enfermedades, es probable que eso se deba a la cercanía a sus parientes naturales. Las franjas o líneas presentes en el pez, aparecen o desaparecen en dependencia del estado emocional de los escalares y del mimetismo intrínseco en su fundamento.
Si colocamos esta modalidad cromática en acuarios desprovistos de vegetación, insuficientemente decorados o con iluminación muy intensa, por citar solo tres ejemplos, difícilmente lograremos que nuestros escalares exhiban todo su explendor y se tornarán pálidos y asustadizos, como sucede en la mayoría de los mercados.
Los escalares del tipo “Mármol”, suelen ser de los más frecuentes en lo ofertado; su singular atractivo brinda sobradas razones para que así sea. En los años setenta del pasado siglo XX, cuando solo contábamos con la presencia de los escalares “Plateados” en su forma simple, se introduce en Cuba, junto a otras especies de peces la variedad “Mármol Velífera” y fue sensacional para los cubanos.
Cada individuo, del tipo “Mármol”, parecido al caso de los machos “Guppys”, es una pieza única, no repetida en el resto de sus congéneres, incluso el propio pez, no es el mismo por cada una de sus bandas y no manifiesta las dificultades de fluctuaciones cromáticas conferidas al caso anterior. Esa cualidad añadida, lo hace en extremo comercial.
Las características de esta variedad, transitan desde los “Mármol Negro”, con escasa matización, pasando por el “Mármol Oro” hasta los que pudiéramos acercar al acreditado como “Mármol Fantasma”, también de tonalidad base amarillo-dorada, con brillos metálicos, pero con apenas algunas vagas manchas oscuras que desvirtúan al azar la figura del pez.
En resumen, toda esta diversidad es comercializada en Cuba bajo dos apelativos: los ejemplares más pigmentados “Escalares Mármol” y los de base dorada “Escalares Koi”; esta última definición incorrecta.
La forma “Cálica” o “Koi”, por su semejanza con los Cyprinus carpio de la variedad “Koi”, está definida por el cuerpo blanquecino y en él, la presencia de zonas transparentes y de una pigmentación naranja-bermellón intensa en su cabeza. Además, aparecen indistintamente, dibujos de manchas oscuras como en el tipo “Mármol”. Esta coloración de la cabeza, es compartida con las variantes “Mármol Oro” y “Blushing”, en esta última de tonalidad amarillo pálido, coloración rojiza en los opérculos y características cálicas en su cuerpo.
En Cuba, repetimos, resulta muy difícil encontrar ejemplares no hibridados, razón por la cual aparecen características de unas variedades presentes en otras.
A partir de una selección de ejemplares que, pese a sus cruzamientos, se acercan a las características que definen cada una de estas especies, hemos puesto a vuestra consideración algunas imágenes ilustrativas de lo planteado.
La variante “Dorada” resulta frecuente en el mercado a pesar de no ser muy demandada por los usuarios pese a su innegable belleza, exaltada en la modalidad Velífera.
La forma “Escama Perlada”, ya sea en ejemplares “Dorados”, “Plateados” o “Mármol Oro”, resulta un atributo estético añadido a favor de estos peces, introducida en Cuba desde hace algunos años.
La forma “Leopardo” es otra atractiva variedad de escalar, menos frecuente en las casas de venta cubanas, pero presente y aceptada. En su contra, tiene que los peces juveniles demoran en adquirir una pigmentación atractiva y en ese sentido resulta menos comercial. Para los piscicultores pacientes y adeptos a la diversidad es una excelente opción. Estos ejemplares cubanos casi siempre son híbridos y en ocasiones su apariencia se acerca más a la variedad conocida como “Chocolate”.
Seguramente coincidiremos en el criterio, de que la forma “Negra” está entre los más atrayentes modos de estos peces, más aún cuando se presenta en las modalidades con la Aleta Dorsal Delta, Velífera y Super Velo. También resulta frecuentemente hibridada con “Mármol Negro” o “Mármol”, en los mejores casos. La mayoría de los ejemplares comercializados en Cuba se asemejan más, a la modalidad negra conocida como “Black Lace” que a la de aspecto aterciopelado llamada “Azabache”.
Otras variedades no han gozado de la misma suerte, tuvieron su novedad, su momento de esplendor, para luego sucumbir ante el paso del tiempo y, aunque han dejado su huella genética, hoy solo aparecen ejemplares aislados, desaparecieron de nuestro contexto o quedan trazas de sus genes en algunos ejemplares; ejemplo de ellos el “Cebra”, muy parecido al natural, pero con líneas de pequeños puntos paralelas a sus seis franjas verticales, en sus dos variantes: plateada y humo, o el “Humo”, también nombrada “Ahumado” y “Semi-Negro”, con las características del “Natural”, pero de tonalidad oscura, amarronada.
En las últimas décadas han surgido infinidad de mutaciones de escalares y se continúan obteniendo nuevas variantes de color, incluida la forma “Fluorescente”. Sobre el tema circula abundante información en internet.
En cuanto a la convivencia de Pterophyllum scalare con otros peces en un acuario comunitario, pudiera resumirse que no debemos olvidar que se trata de un cíclido, relativamente pacífico, que vive en grupos, pero hay que tomar conciencia de que son depredadores. Ahora bien, si adquirimos en el mercado ejemplares jóvenes que van a crecer junto a peces pequeños como “Tetra Neón”, “Pristella”, etc. nuestros escalares convivirán sin dificultad; otra cosa sucede si se introducen nuevas especies de talla reducida, a las que ellos asumirán como alimento.
Durante décadas, hemos asociado los escalares con todo tipo de peces, con buenos y malos resultados y entre las realidades comprobadas está el ejemplo de que escalares adultos, acostumbrados a convivir entre cardúmenes de pequeños peces, al apagar la luz inician una implacable y exitosa cacería de peces lumínicos como los “Tetras Neón” o algunas “Cebras”. Lo mejor es ubicarlos con especies que no les quepan por la boca.
No se trata de que un escalar conviva con o sin diferencias con sus acompañantes, solo que con la edad suelen volverse muy territoriales. Como miembro del cardumen, es un pez gregario, que respeta las normas de comportamiento, donde el ejemplar más grande y saludable domina; será el primero en comer, el dueño de los mejores lugares del acuario y disputará la mejor pareja reproductora con el resto.
Los peces despliegan sus aletas y vibran. Luego embaten con actitudes amenazantes, avanzando y retrocediendo, a veces llegan a tomarse de sus bocas, pero al final el dominante se impone y su contrincante asume una postura cabeza arriba en señal de sometimiento. En la época de reproducción, las peleas suelen intensificarse. Se forman las parejas y cuando delimitan su territorio o cuando una pareja defiende la puesta, suele ser feroz con todo lo que se acerque: incluidos nosotros.
La mayor evidencia para darnos cuenta de que se ha formado una pareja, es cuando se aíslan del cardumen y comienzan a manifestar conductas de hostilidad hacia los demás, atrincherados en un área del acuario. Al escoger pareja lo hacen de forma aleatoria, si conviven peces de variedades diferentes, eso no lo tendrán en cuenta y obtendremos casamientos indeseados o inapropiados.
Los escalares no son peces que presenten diferencias somáticas apreciables de dimorfismo sexual entre los machos y las hembras. Es muy difícil saber con certeza si un escalar es macho o hembra sin esperar el momento del desove. La hembra tiene el oviducto inclinado hacia atrás, más largo y redondeado. Hasta la primera puesta, donde reconozcamos los sexos de la supuesta pareja, no podremos asegurarlo.
No es común, pero en ocasiones, sucede que se casan dos hembras o que más de un macho se aparee con una misma hembra, llegando a participar de manera armónica y organizada en la fecundación de los huevos que esta coloque en el lugar elegido. Otra rara posibilidad, es que un macho alterne puesta con más de una hembra. A pesar de estas curiosidades, puede afirmarse como normal que: cuando forman una pareja, si son aislados de su cardumen, estarán juntos hasta que sean separados o uno de ellos muera o sucumba en algún altercado familiar. En caso contrario, si conviven varias parejas o una pareja con otros ejemplares de la especie, los machos cumplirán ciclos reproductivos con una hembra y luego la sustituirán por otra.
Prefieren depositar sus huevas sobre las hojas, también lo harán en el tubo de entrada del filtro o alguna superficie lisa del acuario. Ambos padres cuidan la nidada y su prole.
En dependencia de las condiciones ambientales, su expectativa de vida oscila entre cinco y ocho años. Es una cifra variable donde la idoneidad de sus requerimientos vitales serán determinantes. Uno de los aspectos que inciden en su metabolismo es la temperatura del agua; a mayor temperatura menor longevidad, pero, temperaturas bajas debilita su sistema inmunológico. La clave está en un punto medio entre los 24 y los 28°C. A esto se añade la necesidad de una alimentación balanceada, calidad del agua, una correcta ambientación y convivencias afines que eviten factores estresantes a los Escalares.
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Ficha básica de Pterophyllum scalare |
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Grado de dificultad |
Baja. |
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Tipo de Agua |
pH 6 a 7,5 y una dureza hasta gH 10 |
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Temperatura |
Entre 24 a 28ºC |
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Iluminación |
Moderada. |
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Alimentación |
Omnívoros. |
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Necesidades básicas |
Agua de calidad, bien oxigenada, pero con lenta corriente. |
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Comportamiento |
Pacífico, con peces que no quepan en su boca. Gregario, pero territorial, jerárquico. |
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Zona en el acuario |
Media-Alta. |
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Tipo de reproducción |
Ovípara, en parejas. Puesta sobre hojas grandes u otras superficies que sean lisas y con un ángulo de inclinación superior a 45º. |
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Principales fuentes consultadas
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