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La familia Osphronemidae. El género Trichopodus

Originarios de Asia y pertenecientes a la familia Osphronemidae, subfamilia Luciocephalinae (Trichogastrinae), el género Trichopodus, incluye peces tropicales de agua dulce, conocidos y comercializados como “Gouramis”. De ellos, las especies que con frecuencia pueden encontrarse en los comercios cubanos son: Trichopodus trichopterus, T. trichopterus cosby, Trichopodus leeri.

Como ejemplo ilustrativo, haremos referencia a la especie Trichopodus trichopterus.

Procede de la cuenca del río Mekong al sur de China, también se localiza en Vietnam, Tailandia, Laos, Camboya, Malasia, Myanmar y norte de Indonesia. Habitan aguas reposadas, con ligera corriente o estancadas donde escasea el oxígeno disuelto como: estanques, pantanos, marismas, zonas inundadas y campos de cultivo. Pueden vivir en estas condiciones gracias a su aparato respiratorio que, además de las branquias, muestra un órgano auxiliar situado en la base del cráneo, conocido como “laberinto”. La combinación de ambos, les ofrece la privilegiada posibilidad de consumir, no solo, el oxígeno disuelto en el agua, sino también el atmosférico.

Estos peces, en condiciones de cultivo, rara vez sobrepasan los doce centímetros de longitud total, pero, en estado salvaje los machos llegan a los quince.

Bajo los parámetros generales de la especie se comercializan muchas variedades híbridas que, en Cuba, suelen ser nombradas como: Gris, Azul, Amarillo o Dorado y Blanco; también el Opalino.

El “Gourami Gris”, llamado “Gourami de Tres Puntos”, porque en él, se alinean con el ojo, dos lunares negros, uno a mitad del cuerpo y el otro en la base del pedúnculo caudal.

Su variante azul, para nosotros “Gourami Azul”, es el clásico representante del género Trichopodus. Sin dudas el más resistente y asequible en el mercado.

Posee un cuerpo robusto, de forma elíptica, lateralmente muy comprimido, de color azul pálido con difusas manchas transversales, algo más fuertes y dos nítidos puntos oscuros: uno a mitad del cuerpo, debajo del inicio de la aleta dorsal y el otro muy próximo a la base de la cola o aleta caudal. Sus aletas, se muestran finamente punteadas en azul claro y rematadas por tonos amarillos o dorados. Los ojos bordeados por un aro rojo. Desde el vientre se proyectan dos antenas o barbillones, modificaciones de sus aletas ventrales, que los peces utilizan como órganos sensorios en aguas turbias y que mueven a su antojo, imprescindibles para el vínculo de las parejas durante el cortejo y que confieren, a todos los gouramis, una singular peculiaridad.

En la variedad Amarilla o Dorada, no se definen los lunares negros de la especie tipo, apenas se vislumbran en ocasiones, mantienen las manchas transversales y el aro rojo en los ojos. Como su nombre lo indica, el cuerpo y las aletas ofrecen un matiz dorado, en ocasiones con zonas violáceas o rosa claro.

 

Es conveniente aclarar, que estos peces también padecen de infundada mala reputación que, injustamente, replican muchos aficionados e improvisados comerciantes. Suele decirse que los Gouramis son peces agresivos y ESO NO ES CIERTO. Los Gouramis son peces pacíficos, capaces de convivir con muchas de las especies de peces presentes en nuestros comercios. Como todo pez, un Gourami necesita transitar un proceso de adaptación a la convivencia, mucho más simple si se adquieren ejemplares jóvenes y de talla mediana. Peces adultos, de edad avanzada y acostumbrados a espacios grandes, difícilmente se adapten a una convivencia en un acuario pequeño, incluso, peces que se hayan habituado a vivir solos porque quien los tiene descuidó la atención de su acuario y el resto de los inquilinos fueron muriendo con el tiempo, será muy poco probable que acepte impávido la incorporación repentina de nuevos huéspedes en lo que para él constituye su espacio vital. Los acuarios poco plantados, donde deban convivir con peces muy pequeños como los Tetra Neón, Cebrita, Guppy, etc. estaremos de acuerdo en que no constituyen escenarios adecuados para una convivencia amistosa con peces de gran tamaño, aunque no sean los blasfemados Gouramis.

El dimorfismo sexual, una vez alcanzada la madurez por los peces, está definido por un mayor desarrollo de las aletas dorsal y anal en los machos, que se afilan terminado en puntas, a diferencia de las hembras que las mantienen redondeadas y crecen menos; por otra parte, el engrosamiento abdominal de las hembras maduras durante el proceso de ovulación, también se añade a los elementos que posibilitan la diferenciación de sexos en estos peces.

Son peces omnívoros que aceptan gustosos cualquier tipo de alimento.

Al Trichopodus trichopterus cosby, en Cuba se le conoce como Gourami Opalino”, aunque en otros países también responde a los nombres de “Mármol”, “Mármol Azul Cosby” o “Veteado”. Similar al “Gourami Azul”, pero más vistoso; sobre la tonalidad azul pálido, en el cuerpo del Opalino se disponen manchas en azul oscuro, que lo dotan de un singular atractivo, aunque en ocasiones, al igual que en el resto de las variedades, la hibridación desmedida atenta contra su belleza.

Procede del sudeste de Asia. Se localiza en las aguas lentas o estancadas de los arrozales y en lagos de Vietnam, Malasia, Burma y Camboya.

 Trichopodus trichopterus cosby, Trichopodus trichopterus y sus variedades brindan a los que se inclinan por obtener nuevos ejemplares la posibilidad de cruces que, a veces arrojan buenos resultados, pero eso requiere de una planificación y buena selección genética, siempre lejos del libre albedrío y la espontaneidad.

Unos gouramis mantenidos en un acuario bien plantado, con una alimentación variada y suficiente para que se mantengan saludables, combinados con otras especies de talla media o grande, pueden resultar una excelente opción para los principiantes, los aficionados expertos e incluso, por qué no, para cualquier piscicultor por muy experimentado que sea.

 

Ficha básica de Trichopodus trichopterus y cosby

Grado de dificultad

Baja.

Tipo de Agua

pH 6 a 8 y una dureza gH 5-18

Temperatura

Entre 22 a 30ºC

Iluminación

Media.

Alimentación

Omnívoros.

Necesidades básicas

Agua limpia con poca corriente.

Comportamiento

Pacíficos, pero territoriales.

Zona en el acuario

Media-Alta.

Tipo de reproducción

Ovípara. Constructores de nidos de burbujas.

 Estos “constructores de nidos de burbujas” tienen la singularidad de colocar e incubar sus huevas en la superficie del agua, en una estructura espumosa, flotante, que los machos fabrican y cuidan con celo hasta el nacimiento de sus crías.

¿Cómo lo hacen? A partir del rutinario proceso de capturar la burbuja de aire atmosférico, solo que, en estas circunstancias, el macho envuelve la bocanada de aire en una delgada capa de secreción y entonces, al ser liberada flota hasta la superficie. Esa operación se repite una y otra vez, acumulando cientos de pequeños glóbulos en el lugar del acuario seleccionado por el pez.

Al finalizar su faena, aceptará una hembra dispuesta, entonces, comenzará a acariciar su parte ventral con su aleta dorsal, para luego envolverse alrededor de ella un cada abrazo nupcial.

Los huevos de los Gouramis, a diferencia de los Bettas, son más ligeros que el agua, flotan y solos suben hacia la superficie al ser liberados por la hembra cuando es abrazada por el macho que de manera simultánea libera su esperma para fecundarlos, luego el macho los acomoda en el nido y los cuida hasta que eclosionan. Cada puesta, como regla, puede incluir entre doscientos y dos mil huevos; una vez concluida, el macho expulsa a la hembra, razón por la que el acuarista debe propiciar refugios seguros para que esta pueda resguardarse de la violencia de su pareja. Una vez que nos cercioremos de que el apareamiento a terminado, debemos proceder a retirar la hembra.

Lo más común, si la temperatura ronda los 28ºC, es que los huevos eclosionen en veinticuatro horas, pero los recién nacidos no nadarán libremente hasta pasados cuatro o cinco días; cuando ya no necesitan de los cuidados paternos, entonces debemos dejarlos solos o serán devorados por su progenitor.

Llegado este momento, durante la primera semana de vida, deberemos alimentarlos con infusorios y luego con nauplios de artemias.

Todo debe marchar bien hasta las tres o cuatro semanas de vida, cuando arriben al período más complejo en su desarrollo los pequeños gouramis: la formación del laberinto. En esos días, resulta vital, garantizar que el aire esté a la misma temperatura que el agua y evitar corrientes de aire. Para facilitar que los alevines accedan con prontitud a la superficie, mientras aprenden a capturar su bocanada de aire atmosférico, el nivel del agua no debe exceder los quince centímetros.

En la medida en que las crías de Gouramis crecen, debe prestarse atención al desarrollo disparejo de estas, lo que obliga a separar los más adelantados para que no se coman a sus hermanos pequeños.

 

Principales fuentes consultadas

 atlas.elacuarista.com

laguiadelacuario.es

www.seriouslyfish.com

www.tarracogoldfish.com

 

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